Gracias a la memoria podemos retener la información obtenida durante un tiempo. La memoria también es evocar la información retenida cuando lo necesitemos.
Para que un recuerdo tome su posición en nuestra memoria tiene que tener vínculo con una emoción. El lugar del cerebro que nos ayuda a procesar y recuperar la memoria declarativa y la memoria de relaciones espaciales es el hipocampo.
Sus funciones principales son el aprendizaje y la memoria. Es allí donde los recuerdos a corto plazo se convierten en recuerdos a largo plazo. El sistema límbico es responsable de pasar información a la memoria. La ubicación principal de esta transferencia se encuentra en parte en el lóbulo temporal, más concretamente en el hipocampo.
La información que nosotros percibimos pasa en primer lugar por el sistema límbico y solo después se dirige a la corteza cerebral.
De este modo la emoción juega un papel importantísimo en los procesos de memoria. El cerebro necesita iteración y creación de hábitos, pero la gestión de emociones positivas en el contexto educativo favorece a un aprendizaje más eficaz
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